La fisioterapia respiratoria es una rama de la fisioterapia en la que se valoran, tratan y previenen las disfunciones del aparato respiratorio.

En muchas de las patologías neurológicas, al igual que se afecta la función de los músculos de las extremidades, también se produce una alteración de la musculatura respiratoria. Esto sumado a la falta de movilidad hace que la caja torácica sea cada vez más rígida, lo cual aún dificulta más la activación de los músculos, pues no tienen espacio suficiente para generar toda su fuerza. Como resultado la respiración se hace más superficial y los volúmenes y capacidades pulmonares se reducen. Si la persona realiza una actividad que requiera más aporte de oxígeno, puede tener sensación de falta de aire (disnea). A medio- largo plazo, si esta situación se mantiene, da lugar a una mayor facilidad para tener otras complicaciones respiratorias, como infecciones.

A veces, la persona puede tener dificultades para manejar adecuadamente sus secreciones, en estos casos la fisioterapia puede ayudar mediante técnicas que crean variaciones del flujo aéreo y facilitan la expulsión de las secreciones. Sin embargo, siempre que se pueda, nuestra primera intención es actuar desde la prevención, valorando la función de la musculatura respiratoria y diseñando un plan de intervención precoz, para evitar así que la situación se agrave. Esto es posible porque la musculatura respiratoria, al igual que los otros músculos, se puede entrenar y podemos conseguir que gane fuerza.

Existe evidencia científica que apoya el entrenamiento de los músculos respiratorios en personas con enfermedad de Párkinson, lesión medular, adultos y niños con enfermedades neuromusculares y personas que han sufrido un accidente cerebrovascular.

Si conseguimos que la musculatura respiratoria trabaje mejor, la persona dispondrá de un mayor aporte de oxígeno para realizar sus actividades diarias, lo cual le permitirá un mejor desempeño con una menor fatiga.