La incontinencia y la disfunción sexual son secuelas comunes que afectan significativamente a la calidad de vida de personas con diversas patologías neurológicas. Estas alteraciones pueden surgir debido a fallos en la comunicación entre los órganos responsables y el cerebro, así como en el control de la musculatura implicada.
El correcto funcionamiento del tracto urinario inferior depende de la coordinación precisa entre sus órganos y estructuras, regulada por un complejo sistema nervioso que involucra desde centros cerebrales hasta la médula espinal y el sistema nervioso periférico. Por ende, las alteraciones en este sistema pueden desencadenar disfunciones en el suelo pélvico.
Estudios de resonancia magnética cerebral han revelado las áreas cerebrales implicadas en las contracciones de la musculatura del suelo pélvico (MSP). Se sabe que la actividad voluntaria de la MSP predomina en el área motora suplementaria, que se encarga de la planificación y coordinación de movimientos complejos. Otras zonas que también se activan durante las contracciones de la MSP son: la corteza motora primaria, el puente ventral, la sustancia gris periacueductal, la corteza cingulada anterior, el cerebelo, el tálamo y el putamen. Por lo tanto, se ha visto implicación de numerosas zonas cerebrales en la contracción de la MSP, lo cual explica que muchas patologías que tienen su origen a nivel cerebral puedan cursar con disfunciones en el suelo pélvico.
¿Y qué pasa a nivel medular? Para entender las disfunciones que presentan las personas con patologías que tienen su origen en la médula espinal, debemos hablar del sistema nervioso autónomo (SNA). El SNA relaciona el sistema nervioso central y periférico con todos los órganos del cuerpo, entre ellos la vejiga, el intestino y los órganos sexuales. Se sabe que las estructuras relacionadas con el control de los esfínteres y la función sexual reciben una inervación tanto somática como autónoma. Los componentes del SNA se han dividido tradicionalmente en actividad simpática y parasimpática. El tracto urinario inferior recibe su inervación simpática de las neuronas preganglionares situadas a nivel medular en los segmentos de T10 a L2. La actividad parasimpática, incluye dos vías, una a nivel del encéfalo y otra a nivel del sacro. En los segmentos medulares S2-S4 se originan las neuronas preganglionares parasimpáticas que aportan inervación autónoma al tracto urinario inferior y viajan a través de los nervios pélvicos y pudendo. Esto explica que una persona con una lesión en la médula espinal por encima de T10 pueda tener alteraciones en la función vesical regulada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. Las personas con afectación sacra tendrán afectadas las funciones reguladas por el sistema nervioso parasimpático. El hecho de que la lesión sea completa o incompleta será lo que determinará la posibilidad de que pueda existir cierto control de esta función.
En relación a la implicación del SNA, recientemente se ha descubierto que la MSP no solo está formada por tejido muscular estriado (de contracción voluntaria), sino también por tejido muscular liso (perteneciente al SNA, de control involuntario).
En el marco de incontinencia urinaria asociada a patologías neurológicas, debemos hablar de incontinencia neurógena por vejiga neurógena hiperactiva. Se caracteriza por sensación de urgencia urinaria, con o sin incontinencia, aumento de la frecuencia diaria y nicturia (pérdida de orina en la fase de sueño). Ocurre en el contexto de patologías neurológicas con sensación conservada al menos parcialmente.
En relación a los síntomas intestinales, un 80% de las personas con patologías neurológicas experimentan problemas de intestino neurógeno. Esto da lugar a dos síntomas principales que suelen coexistir: la incontinencia anal y el estreñimiento, que a menudo se vuelven crónicos. La falta de movilidad también puede contribuir y agravar estos problemas.
Las alteraciones en la función sexual surgen de la afectación tanto del control somático como del sistema nervioso autónomo implicada en la excitación de los órganos sexuales. A día de hoy sigue siendo un tema del que se habla muy poco, pero que puede preocupar mucho a las personas afectadas.
Es importante que si experimentas alguno de estos problemas se lo comuniques a tu médico de referencia para que pueda valorar mejor todos tus síntomas y aconsejarte sobre qué medidas llevar a cabo.
En los siguientes post hablaremos sobre el lugar que ocupa la fisioterapia del suelo pélvico en el manejo de disfunciones asociadas a problemas neurológicos, asique si te interesa el tema no te pierdas las siguientes publicaciones.
La información de este post ha sido extraída del libro Torres M, Meldaña A. Fisioterapia del Suelo Pélvico. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2022.
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