Cuando un bebé llega al mundo, todo gira en torno a su bienestar y desarrollo. Sin embargo, hay bebés que, debido a ciertas circunstancias perinatales, tienen un «mayor riesgo neurológico». Pero, ¿qué significa realmente esto? Y lo más importante, ¿cómo podemos ayudar a estos niños a alcanzar su máximo potencial? Vamos primero a entender para acompañar.

¿Qué es un niño de riesgo neurológico?

Un niño de riesgo neurológico es aquel que, por sus antecedentes durante la gestación o el parto, tiene una mayor probabilidad de presentar algún tipo de dificultad en su desarrollo motor, sensorial o cognitivo. Esto no significa que necesariamente tendrá un problema, pero sí requiere de atención y seguimiento especializado.

Factores que pueden influir en el riesgo neurológico

Existen diversos factores que pueden influir en el desarrollo neurológico de un bebé, entre ellos:

  • Prematuridad (menos de 37 semanas de gestación) o postérmino (más de 42 semanas).
  • Peso al nacer: Bajo peso (menos de 2.500g) o peso elevado (más de 4.500g).
  • Condiciones maternas: Diabetes, hipertensión arterial, infecciones como la hepatitis o la rubéola, o el consumo de sustancias durante el embarazo.
  • Complicaciones en el parto: Traumatismos, fracturas o dificultades respiratorias.
  • Malformaciones congénitas.

La importancia del seguimiento

Gracias a los avances en medicina neonatal, cada vez más bebés que nacen en situaciones de riesgo logran sobrevivir y desarrollarse. Sin embargo, esto también implica la necesidad de un seguimiento cercano. No siempre es posible predecir con exactitud qué niños desarrollarán dificultades, por lo que el monitoreo es clave.

En este sentido, la fisioterapia infantil juega un papel fundamental. A través de evaluaciones personalizadas y terapias especializadas, se puede estimular el desarrollo motor y sensorial del bebé, favoreciendo su autonomía y calidad de vida.

¿Cómo podemos ayudar como padres?

Si tu hijo ha sido identificado como un niño de riesgo neurológico, nuestras recomendaciones son:

  1. Acudir a controles médicos y de fisioterapia de manera regular para detectar cualquier señal temprana.
  2. Estimular el desarrollo con juegos y actividades adaptadas a su edad y necesidades.
  3. Crear un ambiente afectivo y seguro. El vínculo con los padres es esencial para el desarrollo del niño.
  4. Informarse y buscar apoyo. Contar con un equipo multidisciplinario (neurólogos, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, etc.) puede ser clave.

Un futuro lleno de posibilidades

El hecho de que un bebé tenga factores de riesgo neurológico no define su futuro. Con la atención adecuada y el apoyo de los especialistas, muchos niños logran un desarrollo óptimo. En nuestra clínica de fisioterapia neurológica, estamos comprometidos con acompañar a cada familia en este camino, brindando herramientas y tratamientos para potenciar al máximo las capacidades de cada pequeño.

Si tienes dudas o necesitas orientación, no dudes en contactarnos.