¿En qué consiste la fisioterapia respiratoria?
¿Has oído hablar sobre la fisioterapia respiratoria, pero no sabes bien en que consiste? ¿Quieres saber cómo un fisioterapeuta puede ayudarte a respirar mejor? ¡Sigue leyendo para descubrirlo todo!
Indicaciones y Patologías:
La fisioterapia respiratoria está indicada en una amplia gama de patologías:
- Enfermedades neurológicas que afectan a la función respiratoria. Para más información consulta aquí.
- Procesos infecciosos que afectan a la vía aérea: bronquiolitis, bronquitis, neumonías...
- Enfermedades respiratorias crónicas: asma, fibrosis quística, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Objetivos:
Los objetivos de la fisioterapia respiratoria son variados e incluyen:
- Facilitar la eliminación de secreciones de la vía aérea.
- Disminuir el riesgo de sobreinfección.
- Favorecer el intercambio gaseoso.
- Mejorar la tolerancia al esfuerzo, lo que permite realizar actividades cotidianas con mayor facilidad.
- Mejorar la calidad de vida en aspectos como el sueño, la alimentación, el confort y la sensación de falta de aire.
Intervención:
Una sesión de fisioterapia respiratoria comienza con una valoración del paciente, que incluye una entrevista clínica, exploración física y auscultación pulmonar. Basándose en esta evaluación, se determina si es adecuado o no llevar a cabo la sesión de fisioterapia respiratoria.
Según la valoración realizada se seleccionan las técnicas más apropiadas. Estas técnicas pueden ser pasivas o activo-asistidas, dependiendo de la edad del paciente y su capacidad de colaboración. Algunas de las técnicas comunes incluyen la aplicación de compresión en el tórax y abdomen, acompañando o resistiendo la inspiración o espiración del paciente. De este modo podemos modificar el flujo aéreo y hacer llegar aire a zonas poco ventiladas del pulmón, así como movilizar secreciones.
Además de la eliminación de secreciones, la fisioterapia respiratoria también incluye intervenciones para entrenar la fuerza de los músculos respiratorios.
Para un mayor alcance de la intervención, se proporcionan pautas a los pacientes y a sus familias para continuar parte del trabajo en el domicilio. Esto incluye, por ejemplo, enseñar a realizar ejercicios específicos, lavados nasales o nebulizaciones.
Fisioterapia respiratoria en neurorrehabilitación
La fisioterapia respiratoria es una rama de la fisioterapia en la que se valoran, tratan y previenen las disfunciones del aparato respiratorio.
En muchas de las patologías neurológicas, al igual que se afecta la función de los músculos de las extremidades, también se produce una alteración de la musculatura respiratoria. Esto sumado a la falta de movilidad hace que la caja torácica sea cada vez más rígida, lo cual aún dificulta más la activación de los músculos, pues no tienen espacio suficiente para generar toda su fuerza. Como resultado la respiración se hace más superficial y los volúmenes y capacidades pulmonares se reducen. Si la persona realiza una actividad que requiera más aporte de oxígeno, puede tener sensación de falta de aire (disnea). A medio- largo plazo, si esta situación se mantiene, da lugar a una mayor facilidad para tener otras complicaciones respiratorias, como infecciones.
A veces, la persona puede tener dificultades para manejar adecuadamente sus secreciones, en estos casos la fisioterapia puede ayudar mediante técnicas que crean variaciones del flujo aéreo y facilitan la expulsión de las secreciones. Sin embargo, siempre que se pueda, nuestra primera intención es actuar desde la prevención, valorando la función de la musculatura respiratoria y diseñando un plan de intervención precoz, para evitar así que la situación se agrave. Esto es posible porque la musculatura respiratoria, al igual que los otros músculos, se puede entrenar y podemos conseguir que gane fuerza.
Existe evidencia científica que apoya el entrenamiento de los músculos respiratorios en personas con enfermedad de Párkinson, lesión medular, adultos y niños con enfermedades neuromusculares y personas que han sufrido un accidente cerebrovascular.
Si conseguimos que la musculatura respiratoria trabaje mejor, la persona dispondrá de un mayor aporte de oxígeno para realizar sus actividades diarias, lo cual le permitirá un mejor desempeño con una menor fatiga.