Fisioterapia del Suelo Pélvico en Patologías Neurológicas
En nuestro último artículo, explicamos que las afectaciones de la función vesical, intestinal y sexual son muy frecuentes en personas con patologías neurológicas. Sin embargo, la fisioterapia del suelo pélvico en patologías neurológicas está todavía poco estudiada. Se requieren investigaciones con muestras más amplias y homogéneas para generar evidencia científica sólida y establecer recomendaciones de tratamiento claras. A pesar de estas limitaciones, la Asociación Europea de Urología enfatiza la importancia del tratamiento conservador como primera línea de acción.
El entrenamiento de los músculos del suelo pélvico puede ser beneficioso para aquellos pacientes que conservan la capacidad de contraerlos voluntariamente. La capacidad de contraer la musculatura del suelo pélvico varía según la naturaleza y gravedad de la afectación neurológica. Por ejemplo, en el caso de una persona con lesión medular, va a depender de la localización de la lesión y, sobre todo, de si la lesión es completa o incompleta. Un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico puede evaluar esta capacidad contráctil y diseñar un programa de fortalecimiento muscular adaptado a cada caso. Si existe contracción, aunque sea débil, puede trabajarse para fortalecer esta musculatura, al igual que lo hacemos en otros músculos del cuerpo.
La estabilidad central del cuerpo, conocida como "core stability", desempeña un papel crucial en la estabilidad de la pelvis y en los mecanismos de continencia. Por lo tanto, se recomienda iniciar el tratamiento específico del suelo pélvico una vez que el paciente haya alcanzado una estabilidad central adecuada, es decir, cuando consiga mantener una sedestación erguida activa y estable.
Además, el control postural y respiratorio también son mecanismos neuromuscularmente dependientes. Desde la fisioterapia podemos evaluar y mejorar el tono y la función de los músculos implicados en estos procesos, como son el diafragma, el transverso del abdomen, los oblicuos internos y los músculos del suelo pélvico.
En cuanto a las técnicas de tratamiento, las Guías de Práctica Clínica actuales respaldan la combinación de diversas modalidades, como la terapia manual, la electroterapia, el ejercicio terapéutico y el biofeedback. Es responsabilidad del fisioterapeuta seleccionar las técnicas más adecuadas para cada paciente, basándose en un proceso de razonamiento clínico.
En resumen, aunque queda mucho por investigar en el campo de la fisioterapia del suelo pélvico en pacientes neurológicos, la experiencia clínica respalda la importancia de conseguir una buena estabilidad postural central antes de abordar de manera específica la musculatura del suelo pélvico. Es esencial combinar varias técnicas de tratamiento, siempre bajo un enfoque clínico reflexivo y adaptado a las necesidades de cada individuo.
¿Te preguntas si podrías beneficiarte de un tratamiento específico del suelo pélvico? ¡Estamos encantados de anunciar que ahora ofrecemos un servicio de fisioterapia del suelo pélvico en nuestra clínica! No dudes en ponerte en contacto con nosotros para que podamos evaluar tu caso.
La información de este post ha sido extraída del libro Torres M, Meldaña A. Fisioterapia del Suelo Pélvico. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2022.
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Disfunciones del suelo pélvico en patologías neurológicas
La incontinencia y la disfunción sexual son secuelas comunes que afectan significativamente a la calidad de vida de personas con diversas patologías neurológicas. Estas alteraciones pueden surgir debido a fallos en la comunicación entre los órganos responsables y el cerebro, así como en el control de la musculatura implicada.
El correcto funcionamiento del tracto urinario inferior depende de la coordinación precisa entre sus órganos y estructuras, regulada por un complejo sistema nervioso que involucra desde centros cerebrales hasta la médula espinal y el sistema nervioso periférico. Por ende, las alteraciones en este sistema pueden desencadenar disfunciones en el suelo pélvico.
Estudios de resonancia magnética cerebral han revelado las áreas cerebrales implicadas en las contracciones de la musculatura del suelo pélvico (MSP). Se sabe que la actividad voluntaria de la MSP predomina en el área motora suplementaria, que se encarga de la planificación y coordinación de movimientos complejos. Otras zonas que también se activan durante las contracciones de la MSP son: la corteza motora primaria, el puente ventral, la sustancia gris periacueductal, la corteza cingulada anterior, el cerebelo, el tálamo y el putamen. Por lo tanto, se ha visto implicación de numerosas zonas cerebrales en la contracción de la MSP, lo cual explica que muchas patologías que tienen su origen a nivel cerebral puedan cursar con disfunciones en el suelo pélvico.
¿Y qué pasa a nivel medular? Para entender las disfunciones que presentan las personas con patologías que tienen su origen en la médula espinal, debemos hablar del sistema nervioso autónomo (SNA). El SNA relaciona el sistema nervioso central y periférico con todos los órganos del cuerpo, entre ellos la vejiga, el intestino y los órganos sexuales. Se sabe que las estructuras relacionadas con el control de los esfínteres y la función sexual reciben una inervación tanto somática como autónoma. Los componentes del SNA se han dividido tradicionalmente en actividad simpática y parasimpática. El tracto urinario inferior recibe su inervación simpática de las neuronas preganglionares situadas a nivel medular en los segmentos de T10 a L2. La actividad parasimpática, incluye dos vías, una a nivel del encéfalo y otra a nivel del sacro. En los segmentos medulares S2-S4 se originan las neuronas preganglionares parasimpáticas que aportan inervación autónoma al tracto urinario inferior y viajan a través de los nervios pélvicos y pudendo. Esto explica que una persona con una lesión en la médula espinal por encima de T10 pueda tener alteraciones en la función vesical regulada por el sistema nervioso simpático y parasimpático. Las personas con afectación sacra tendrán afectadas las funciones reguladas por el sistema nervioso parasimpático. El hecho de que la lesión sea completa o incompleta será lo que determinará la posibilidad de que pueda existir cierto control de esta función.
En relación a la implicación del SNA, recientemente se ha descubierto que la MSP no solo está formada por tejido muscular estriado (de contracción voluntaria), sino también por tejido muscular liso (perteneciente al SNA, de control involuntario).
En el marco de incontinencia urinaria asociada a patologías neurológicas, debemos hablar de incontinencia neurógena por vejiga neurógena hiperactiva. Se caracteriza por sensación de urgencia urinaria, con o sin incontinencia, aumento de la frecuencia diaria y nicturia (pérdida de orina en la fase de sueño). Ocurre en el contexto de patologías neurológicas con sensación conservada al menos parcialmente.
En relación a los síntomas intestinales, un 80% de las personas con patologías neurológicas experimentan problemas de intestino neurógeno. Esto da lugar a dos síntomas principales que suelen coexistir: la incontinencia anal y el estreñimiento, que a menudo se vuelven crónicos. La falta de movilidad también puede contribuir y agravar estos problemas.
Las alteraciones en la función sexual surgen de la afectación tanto del control somático como del sistema nervioso autónomo implicada en la excitación de los órganos sexuales. A día de hoy sigue siendo un tema del que se habla muy poco, pero que puede preocupar mucho a las personas afectadas.
Es importante que si experimentas alguno de estos problemas se lo comuniques a tu médico de referencia para que pueda valorar mejor todos tus síntomas y aconsejarte sobre qué medidas llevar a cabo.
En los siguientes post hablaremos sobre el lugar que ocupa la fisioterapia del suelo pélvico en el manejo de disfunciones asociadas a problemas neurológicos, asique si te interesa el tema no te pierdas las siguientes publicaciones.
La información de este post ha sido extraída del libro Torres M, Meldaña A. Fisioterapia del Suelo Pélvico. Madrid: Editorial Médica Panamericana; 2022.
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5 de mayo de 2024
Fisioterapia en enfermedades neurodegenerativas
Las enfermedades neurodegenerativas son un grupo de enfermedades caracterizadas por la degeneración progresiva de distintos tipos de células nerviosas y sus conexiones. Este proceso de pérdida de células nerviosas conduce a disfunciones en el sistema nervioso y a la aparición de síntomas que pueden afectar, entre otras funciones, a la motora. Es precisamente en esta función donde la fisioterapia juega un papel crucial.
Afrontar el diagnóstico de una enfermedad neurodegenerativa supone un gran reto. Sin embargo, es importante comprender que no todo está perdido y que no debemos dejarnos ir. Una intervención temprana puede ayudar a mantener las distintas funciones corporales en el mejor estado posible.
A menudo veo en consulta a personas que, en medio de la incertidumbre, acuden para ver si se puede hacer algo. Sus expectativas suelen ser bajas porque ya les han explicado el curso progresivo de su enfermedad. A veces resulta difícil comprender cómo la fisioterapia puede ayudar a una persona con una enfermedad neurodegenerativa que, en muchas ocasiones, ni siquiera tiene un tratamiento médico específico.
En este artículo, vamos a explicar el enfoque que la fisioterapia puede aportar. Lógicamente, los fisioterapeutas no podemos eliminar la enfermedad y hay factores de su progresión que no vamos a poder controlar. Lo que si podemos hacer es intentar mantener las estructuras y funciones corporales en el nivel más óptimo posible para dar la máxima independencia y calidad de vida a la persona en cada momento. De este modo, incluso en medio del avance de la enfermedad y la posibilidad de un deterioro, siempre partimos de un estado inicial más favorable.
¿Cómo podemos hacer esto? Siempre empezaremos por valorar en qué condiciones se encuentra la persona: rangos de movimiento activos y pasivos, fuerza, flexibilidad, resistencia, capacidad aeróbica, capacidad respiratoria, equilibrio... Vamos a intervenir en aquellas áreas que estén interfiriendo más en los aspectos relevantes para cada persona. Por ejemplo, no tiene el mismo impacto tener una baja capacidad aeróbica por una mala función ventilatoria para una persona que lleva una vida sedentaria, que para otra que le gusta practicar alguna actividad física. Por ello, siempre decimos que cada caso es único y debemos tratarlo como tal.
La caja de herramientas de la fisioterapia para tratar las alteraciones asociadas a enfermedades neurodegenerativas incluye: ejercicio terapéutico (abarcando entrenamiento aeróbico, de fuerza y de flexibilidad), técnicas de terapia manual para preservar rangos de movimiento y normalizar el tono neuromuscular, así como técnicas de fisioterapia respiratoria, entre otras. Es importante comprender que el papel de la fisioterapia va más allá del manejo del dolor, contribuyendo activamente a la mejora funcional y al bienestar general.
¿Por qué acudir a un fisioterapeuta especializado en neurorrehabilitación? La especialización en este ámbito implica una formación más específica y actualizada, permitiendo un abordaje más preciso de las patologías neurológicas. La fisioterapia neurológica se convierte así en una ayuda muy útil para afrontar una enfermedad neurodegenerativa.
En relación a estos planteamientos, diversos estudios científicos respaldan la utilidad de la fisioterapia en enfermedades neurodegenerativas. Entre ellos, podemos mencionar la revisión de Ferreira et al. (2016) que evidencia mejoras en la función ventilatoria y fuerza muscular respiratoria en pacientes con esclerosis múltiple y esclerosis lateral amiotrófica, así como el metaanálisis de Radder et al. (2020) que examina modalidades de tratamiento en fisioterapia para la enfermedad de Parkinson.
Este respaldo científico subraya la importancia y eficacia de la fisioterapia y, específicamente, de la fisioterapia neurológica, como un aliado fundamental en el manejo integral de las enfermedades neurodegenerativas.
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Bibliografia:
- Ferreira, Gustavo D., et al. Respiratory training improved ventilatory function and respiratory muscle strength in patients with multiple sclerosis and lateral amyotrophic sclerosis: systematic review and meta-analysis. Physiotherapy 102.3 (2016): 221-228.
- Radder DLM, Lígia Silva de Lima A, Domingos J, et al. Physiotherapy in Parkinson’s Disease: A Meta-Analysis of Present Treatment Modalities. Neurorehabilitation and Neural Repair. 2020;34(10):871-880. doi:10.1177/1545968320952799.
Entrenamiento Aeróbico en Neurorrehabilitación
Promoviendo la Readaptación física
El entrenamiento aeróbico es una forma de ejercicio que se enfoca en aumentar la capacidad cardiovascular y mejorar la resistencia. Se basa en actividades de baja a moderada intensidad que involucran grandes grupos musculares y que se mantienen durante períodos prolongados.
En el contexto de la rehabilitación neurológica, el entrenamiento aeróbico puede ser beneficioso para promover la recuperación y mejorar las funciones cardiorrespiratoria y la movilidad.
Beneficios del entrenamiento aeróbico en la neurorrehabilitación:
- Promoción de la plasticidad cerebral: El ejercicio aeróbico ha demostrado aumentar la producción de factores de crecimiento cerebral que promueven la formación de nuevas conexiones neuronales y la reparación de tejidos. Esto es esencial en la recuperación de funciones neurológicas dañadas.
- Mejora de la función cardiovascular: El entrenamiento aeróbico aumentar la resistencia cardiovascular y mejorar la circulación sanguínea proporcionando un suministro de oxígeno y nutrientes adecuado.
- Reducción de la fatiga: La práctica de ejercicio aeróbico de forma regular puede ayudar a reducir la fatiga y aumentar los niveles de energía, lo que contribuye a una mayor participación en las actividades diarias.
- Mejora del estado de ánimo y bienestar: El ejercicio aeróbico tiene efectos positivos en el estado de ánimo, ya que ayuda a liberar endorfinas, conocidas como las "hormonas de la felicidad".
Existen múltiples opciones de entrenamiento: caminar, andar en bicicleta o uso de máquinas como cinta de marcha, bicicleta estática o cicloergómetros de brazos entre otros. Lo importante es que la actividad se adapte a las necesidades, capacidades y preferencias de cada persona, ya que de esta forma será más fácil integrarla en la rutina diaria.
El objetivo es elevar la frecuencia cardíaca de manera segura y mantenerla dentro de una zona de entrenamiento adecuada durante un período de tiempo determinado. Según Edwards (2003) la zona de entrenamiento aeróbico se sitúa entre el 60-73% de la frecuencia cardíaca máxima (FCM). Podemos calcular nuestra FCM mediante una fórmula muy sencilla de Tanaka et al. :
FCM= 208-(0’7X EDAD en años)
Ejemplo para persona de 30 años:
- FCM= 208- (0’7X30)= 187 ppm
- Zona de entrenamiento aeróbico persona 30 años= 60-73% de 187-> tiene que entrenar entorno a 112-136 ppm.
Hoy en día existen numerosos dispositivos que nos permiten llevar un control de las pulsaciones mientras realizamos ejercicio, como las pulseras de actividad.
En relación a la duración y frecuencia del entrenamiento se recomiendan sesiones de 30-60 minutos entre 3-5 días a la semana. Hay que tener en cuenta que si la persona no está acostumbrada a este tipo de entrenamiento se debe hacer un periodo de adaptación, empezando por sesiones de menor duración.
Es importante recordar que el entrenamiento aeróbico en neurorrehabilitación debe ser realizado bajo la supervisión de profesionales de la salud especializados en el área. Cada persona tiene necesidades únicas, por lo que es fundamental adaptar el programa de entrenamiento a sus capacidades individuales.
¡No esperes más, ponte en manos de un experto y empieza ya a mejorar tu capacidad aeróbica!
Entrenamiento de Fuerza en Neurorrehabilitación
Potencia tu Recuperación Neurológica
Dentro de las intervenciones que se realizan desde la fisioterapia neurológica, el entrenamiento de fuerza es una herramienta poderosa para potenciar la recuperación y mejorar la calidad de vida de las personas con patologías neurológicas. En este artículo, exploraremos cómo el entrenamiento de fuerza puede desempeñar un papel crucial en la neurorrehabilitación. Descubre cómo este enfoque puede ayudarte a alcanzar nuevos niveles de funcionalidad y bienestar en tu proceso de recuperación.
Todos hemos experimentado la sensación de debilidad cuando empezamos a recuperarnos de una gripe que nos hace estar un par de días en la cama. Aún estando íntegro nuestro sistema neuromusculoesquelético, sentimos debilidad en nuestro cuerpo. Pensemos en cómo sería multiplicar esto por semanas tumbados en una cama y con algún tipo de lesión neurológica, que en mayor o menor medida, restringe nuestra movilidad. Después de sufrir una lesión neurológica, la inmovilidad condiciona una disminución drástica en la actividad muscular. Consecutivamente se produce una pérdida de fuerza muscular, que es uno de los factores que más discapacidad produce en personas con patologías neurológicas.
El entrenamiento de la fuerza muscular tiene numerosos beneficios sobre la salud en la población general, que no difieren en personas con patologías neurológicas. Entre ellos destacan: incremento de la densidad mineral ósea (menor riesgo de fracturas), mejora la salud cardiovascular e incrementa el metabolismo basal.
Algunos de los aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de realizar un entrenamiento de fuerza dentro de un programa de neurorrehabilitación son los siguientes:
- Es preferible trabajar movimientos y no músculos aislados. Nuestro objetivo final es mejorar actividades de la vida diaria y los músculos no trabajan de forma aislada en las tareas cotidianas. Por ello vamos a trabajar patrones primarios de ejercicios de fuerza: empujes, tirones, sentadillas, zancadas… Debemos priorizar los ejercicios que tengan una repercusión importante en los objetivos de cada persona.
- Variabilidad: trabajar siempre en un mismo plano, puede provocar retracciones en otros y más en personas que tienen limitaciones en determinados rangos de movilidad.
- Intervalos de recuperación: debemos incluir tiempos de descanso entre las series de ejercicios acordes al tipo de entrenamiento que estamos realizando. Por ejemplo, en un trabajo de fuerza- resistencia, se recomiendan descansos de 1-2 minutos entre series. Descansar no implica siempre estar quietos, ya que se puede aprovechar para realizar un ejercicio hacia el plano contrario del que se está trabajando (principio de variabilidad).
- Progresión: debemos ir aumentando la carga de forma progresiva. Existen distintos métodos para calcular nuestra carga óptima en función del tipo de fuerza que nos interese trabajar. No podemos trabajar siempre con la misma carga porque llega un momento en que deja de ser un trabajo exigente para nuestro cuerpo (acomodación) y si nos estancamos no vamos a seguir avanzando.
- Análisis previo de rangos de movimiento: valorar si la persona tiene la suficiente movilidad para realizar el ejercicio o si necesita alguna adaptación. No nos referimos solo a la movilidad articular, sino también a la capacidad de su sistema neural de adaptarse al movimiento (vigilar síntomas neurales).
- La frecuencia de entrenamiento va a depender de los objetivos y sensaciones individuales de cada persona, aunque se recomiendan un mínimo 3 sesiones semanales para conseguir mejores resultados. De forma general se puede decir que se requieren un mínimo de 2 meses para empezar a apreciar cambios a nivel estructural.
- Es recomendable combinar el entrenamiento de fuerza con el de movilidad y ejercicio aeróbico.
Como profesional cualificada en fisioterapia neurológica, estoy convencida de los beneficios que este enfoque puede aportar a personas con lesiones o trastornos neurológicos. Siempre es recomendable buscar la orientación de un especialista para desarrollar un programa de entrenamiento de fuerza personalizado y seguro. Probablemente tu fisioterapeuta necesite varias sesiones para conocerte mejor y saber qué tipo de entrenamiento es el que más te puede beneficiar. Una vez que se aprenden a realizar los ejercicios, es posible realizar parte del entrenamiento en tu propio domicilio.
¡Empieza hoy mismo y da un impulso a tu recuperación neurológica con el entrenamiento de fuerza!
REHABILITACIÓN NEUROLÓGICA, ¿QUÉ ES?
Hace unos días recibí una llamada en la que me preguntaron qué es la rehabilitación neurológica. La persona quería que le explicara en qué consistía y qué hacíamos exactamente. Algo que para mí es tan cotidiano, me resultó muy difícil explicar en términos generales, ya que cada tratamiento es único e individual porque así son cada una de las personas a las que atendemos.
Intentaré en estas líneas dar una explicación global de qué es la rehabilitación neurológica.
La neurorrehabilitación o rehabilitación neurológica tiene como objetivo conseguir el máximo nivel funcional en personas que han sufrido un daño neurológico.
Entendemos por daño neurológico una lesión en su sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) que puede ser de origen congénito (durante la gestación o nacimiento) o adquirido (traumatismos, accidentes cerebrovasculares, tumores, infecciones…).
Dependiendo de la zona del cerebro y/o médula espinal en la que se produzca el daño, va a dar lugar a distintos tipos de alteraciones que pueden afectar a diferentes funciones corporales como la movilidad, la respiración, el habla y la deglución, las funciones cognitivas o genito-urinarias entre otras.
Desde la rehabilitación neurológica se realiza una valoración de qué áreas son las afectadas en cada persona y en cuáles es necesaria una intervención. Es bastante frecuente que no se afecte una única área, por lo que es necesario el trabajo en equipo de distintos profesionales: fisioterapeutas, logopedas, psicólogos, terapeutas ocupacionales… Así como es importante la coordinación con los médicos de referencia (neurólogos, neumólogos, urólogos…)
Lo que se hace desde las diferentes disciplinas es dar a la persona los estímulos adecuados para ayudar a su sistema nervioso a buscar nuevas conexiones neuronales y con ello se pueden recuperar algunas de las funciones dañadas. Esto es posible gracias a la neuroplasticidad, que es la capacidad que tiene el cerebro para recuperarse, reestructurase y adaptarse a nuevas situaciones. En los mecanismos de neuroplasticidad influyen múltiples factores: las características del daño, el inicio, intensidad y duración de la terapia, la motivación e implicación de la persona y su entorno más cercano… por ello cada caso es único y diferente y, en fases iniciales es muy difícil hacer una estimación de cuánto va a recuperar la persona.
Llegados a este punto me remito, una vez más, a las palabras que escribió Bettina Paeth en su libro de Experiencias con el Concepto Bobath: “Es preciso comenzar el tratamiento como si de una competición olímpica se tratara, en la que paciente y terapeuta formando equipo, toman conjuntamente la salida para ganar la medalla de oro. Ambos saben que tal vez tendrán que contentarse con una medalla de plata, de bronce o unos puestos más atrás, pero salen con la idea de ir a por el oro”. No puedo estar más de acuerdo con esta afirmación, aunque añadiría también a la familia en este equipo necesario para alcanzar el máximo puesto en el podio.
Fisioterapia neurológica ¿Qué es?
La fisioterapia está dirigida a toda la gama posible de disfunciones corporales. Esto abarca alteraciones que pueden afectar al sistema musculo- esquelético, pero también a sus elementos vasculares, linfáticos y neurales relacionados.
Cuando estudiamos el grado en Fisioterapia en la universidad aprendemos sobre múltiples patologías, porque lo que se pretende es que salgamos con un conocimiento muy amplio de las distintas posibilidades que ofrece la fisioterapia. Lo habitual cuando un fisioterapeuta termina la carrera es que tenga una visión muy global de muchas áreas, pero que haya profundizado poco en cada una de ellas. Por este motivo, igual que en otras disciplinas, dentro de la fisioterapia también existen especializaciones, que nos permiten tener un conocimiento más profundo de una rama concreta.
Para especializarse existen múltiples opciones formativas que se realizan posteriormente al grado, algunas vinculadas a la universidad, como los estudios de Máster, y otras son cursos que han ido creando grupos de fisioterapeutas de todo el mundo para hacer llegar a más compañeros lo mejor de sus conocimientos y práctica clínica.
¿Por qué acudir a una clínica especializada y no a una clínica de fisioterapia general? Si en ambos sitios nos atiende un fisioterapeuta ¿Cuál es la diferencia? Bajo mi punto de vista, es muy difícil que un fisioterapeuta se especialice realmente en muchos ámbitos, porque esto supondría un esfuerzo tanto en tiempo como en dinero muy difícil de asumir para cualquier persona. Además, el conocimiento en fisioterapia no solo se obtiene realizando formaciones, sino que en gran medida se consigue mediante el trabajo diario. Si realmente queremos especializarnos en un campo tenemos que ver muchas personas con esas patologías. No estoy diciendo que una persona con una patología neurológica no pueda ser atendido correctamente por cualquier fisioterapeuta, porque también tiene mucho que ver el interés e implicación que el profesional ponga en solucionar su caso.
En mi opinión, la diferencia está en que el fisioterapeuta experto en neurorrehabilitación, probablemente cuente con atajos para solucionar antes su problema, porque ya habrá visto previamente otros casos similares y tiene los recursos necesarios para poder hacerlo.
Ejercicio terapéutico en neurorrehabilitación
Entre las intervenciones que se realizan desde fisioterapia se encuentra el ejercicio terapéutico, que se llama así porque está dirigido a personas con algún problema de salud. El fisioterapeuta, como profesional sanitario y experto en el movimiento corporal, cuenta con los conocimientos necesarios para prescribir ejercicio en cada caso en particular.
Son bien conocidos los beneficios del ejercicio físico para mantener y mejorar la salud. Esto no cambia en una persona con patología neurológica, pues todos necesitamos movernos, lo único que debemos hacer es saber adaptar el ejercicio a las capacidades de la persona y realizar una progresión adecuada para poder avanzar en ellos.
Las modalidades de ejercicio terapéutico en neurorrehabilitación no son diferentes a las del ejercicio en general: ejercicio aeróbico, de fuerza, de resistencia, de flexibilidad…
La importancia de que sea un fisioterapeuta el que prescriba los ejercicios reside en que sabe cómo adaptar los ejercicios a las características de cada persona. Hay distintos aspectos que debemos tener en cuenta antes de empezar un programa de ejercicios como son: la mecanosensibilidad, los rangos articulares, el tiempo de recuperación necesario... entre otros. Así, por ejemplo, debemos tener precaución al realizar algunos ejercicios en una persona con mucha mecanosensibilidad (sensibilidad del nervio ante estímulos mecánicos) y podemos esperar que una persona que tiene limitada la movilidad de flexión dorsal de tobillo tenga dificultades al realizar una sentadilla profunda.
Como fisioterapeutas podemos ver qué tipo de ejercicio es el que más puede beneficiar a cada persona en cada momento, desde el punto de vista de la salud. Por ejemplo, una persona con una limitación importante de los rangos de movilidad, probablemente tenga que hacer un trabajo previo de flexibilidad, para poder ejecutar mejor ejercicios de fuerza o aeróbicos posteriormente.
Aún así, siempre debemos tener en cuenta las preferencias y gustos de cada persona a la hora de realizar ejercicio y no ser nosotros quienes les pongamos límites a nuestros pacientes, sino ayudarles a que puedan alcanzar sus metas.
Si te interesa el tema no te pierdas nuestros post sobre entrenamiento de fuerza y entrenamiento aeróbico en neurorrahabilitación.